lunes, 11 de abril de 2016

Human. Yann Arthus-Bertrand. 2015.



Amor y trabajo

En esta primera parte arrancamos con una declaración brutal de lo que puede llegar a ser el amor, una amor inscrito en una violencia que poco a poco vamos a ir capturando en las declaraciones de unas mujeres que, por desgracia y por culpa de un patriarcado perverso, van a estar dominadas por unas falsas relaciones tanto en este primer tema como en el tratamiento que va a recibir el trabajo, esa actividad que escaseando y pudiendo dignificar no hace si no perpetuar su origen lingüístico de castigo. Ambas actividades pueden definir al ser humano pues su influencia en las vidas de los hombres es vital para entender que a pesar de las múltiples concepciones que de ellas caben no todas valen en un mundo presidido por una plurivalencia que adopta la libertad como resorte para esconder la falta de reflexión que una buena mirada puede sonsacar de la multitud de declaraciones, relatos e historias de personas que ocupan la cinta del director francés.


Sociedad

Dentro de este segundo volumen caben distintos calificativos para mentar cada historia personal pues desde el odio y la violencia con las que arranca el film, a la religión, educación o amor con el que acaban observamos una variopinta rama de calificativos que intentan comprender lo humano desde lo social, que intentan darle memoria a una humanidad falta de una de sus propias acepciones.
Vamos a realizar un recorrido desde la infamia hasta un amor donde las distintas generaciones nos hacen comprender la vanagloria de una palabra como es lo humano que queriendo salir de la animalidad aún no ha sabido comprenderse a sí mismo, que en su camino vuelven emociones antiguas que trucan palabras por hechos para desfigurar tanto al individuo como a las sociedades que los sustentan.


Felicidad

Aunque el principio de esta parte esté ligado a la felicidad pronto vamos a girar hacia lo diferente para comprobar que ese estado ideal que consideramos felicidad no tiene una guía absoluta como tampoco es preceptivo de otros estados pues la humanidad se entreteje entre el individuo y la sociedad cultural que lo sustenta marcando diversas maneras de entender la vida, el propio significado de una vida a la que el conocimiento ha llevado a plantear más dudas que el miedo que llamamos irracional ante lo desconocido. De ahí que las historias que dominan esta parte nos muestren como en torno a la felicidad caben todos los tópicos ya descritos a lo largo del film pues el amor, el trabajo, el dinero, la sociedad, el grupo, etc. se mezclan entre las personas para que cada una busque allí donde más le interese la felicidad. Eso es la libertad, expresada en la universalidad de la sonrisa humana que cierra el film.

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